El ser de Alas Negras

El ser de alas negras

Encontré a un ser de luz con las alas más negras que hubiese visto, ennegrecidas por lamentos y decepciones, con una mente sagaz y amable. Un ser blanco cuyos ojos pueden ver la belleza de la oscuridad, porque sabe que la luz no siempre es buena y la oscuridad no siempre es maldad. Que el corazón late con el ritmo de una ruidosa batería, una vibrante guitarra y el mórbido matiz de la voz de un ángel caído. Encontré a un ser alejado de mi mortecino corazón tan parecido a esta desolada alma desapercibida que sin palabras nos hemos acercado para desde la luz de este mundo cada vez mas muerto podamos desear la apacible oscuridad que nuestro espirito necesita. Sabiendo que la muerte es vida, una que alcanza el descanso.

Las alas negras se han extendido y empiezan a buscar la salida en una ajustada jaula de oro, el ser de claros ojos y plumas de cuervo a levantado los ojos al cielo y a decidido echar abajo la puerta, ha decidido mostrar al mundo su insospechado pensamiento, uno apreciado por muy pocos, una visión distinta y tórrida. Ha dejado que su piel se marque de misteriosas canciones y su espíritu baile al compás de la lúgubre torva. Ese ser a triunfado en un mundo que condena sin pensar a las dulces criaturas de sombras que tratan de despertar a un mundo de teatrales insensibles. Seguirá adelante, no lo sé, quizás la luz lo vuelva a capturar y sus alas arranque sin miramientos y lo torture hasta que su mente vuelva a ver solo falsedades y su realista visión se desvanezca como una sombra alcanzada por un rayo. Pero sus alas seguirán ahí, liberándole en su espalda o en el suelo sangrantes, sin importar ese ser seguirá de pie porque los sufrimientos le han enseñado a mantearse en pie, y aunque la máscara que ata sus funestos sentimientos a veces se caiga, sabrá reponerse deleitándose con el metálico sabor de la sangre que queda en los labios.